En plena carrera tecnológica, la que estamos viendo durante los últimos años, nos hemos acostumbrado a ver como algunas compañías iniciaban una guerra de patentes que llegaba a rozar lo absurdo para el sentido común. Y esas guerras de patentes no se libraban con el propósito de garantizar la viabilidad de un producto o una empresa, sino para perjudicar directamente a la empresa rival.
Elon Musk, fundador de empresas como PayPal, SpaceX y Tesla Motors, ha decidido dar un paso como CEO de Tesla y ha liberado las patentes de esta última compañía. Musk defiende que las grandes empresas no invierten en el desarrollo de coches eléctricos y Tesla se fundó con el propósito de fomentar el crecimiento del coche eléctrico. Por ello, considera que los investigadores de otras compañías podrían construir con tecnología ya desarrollada por Tesla para evitar gastos en investigaciones redundantes. Según el comunicado, Musk indica que sería absurdo que abriesen el camino hacia el coche eléctrico, y mientras tanto, fueran poniendo minas.
Esto no quiere decir que la tecnología de Tesla se haya convertido en un buffet libre gratuito. Tesla indica en su comunicado que no iniciarán procesos legales siempre y cuando se usen sus patentes con buena fe. Lo más probable es que, a cambio de usar tecnología de Tesla, la compañía pida a cambio algún tipo de compensación, como podría ser el mantenimiento de sus estaciones de carga.
Desgraciadamente, hay que tomarse el comunicado con cierto escepticismo ya que las grandes empresas podrían hacer caso omiso de esta decisión, dado que al aceptar tecnología de Tesla, estas se volverían directamente dependientes de Tesla, siendo una decisión demasiado arriesgada para los gigantes del automovilismo. En el mejor de los casos, las grandes empresas invertirían en el coche eléctrico, y una vez ahí, empezarían guerras de patentes entre ellas. Pero esto no ha hecho más que empezar.